¿Financiar el Desarrollo? Una evaluación de la movilización de recursos domésticos, los flujos financieros ilícitos y la gestión de la deuda

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¿Financiar el Desarrollo? Una evaluación de la movilización de recursos domésticos, los flujos financieros ilícitos y la gestión de la deuda

A mediados de 2025 los gobiernos del mundo se reunirán en España para la 4ª Cumbre de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Financiamiento para el Desarrollo (FpD). Será un momento clave para evaluar la equidad y la eficiencia de la gobernanza económica mundial, y para que los líderes mundiales aborden los problemas y desafíos sistémicos subyacentes. Con esto en mente, ya es hora de preguntarse: ¿Cómo va el financiamiento para el desarrollo? En este informe evaluamos la situación con un enfoque específico en la gestión de la deuda, la movilización de recursos domésticos y los flujos financieros ilícitos en nueve países seleccionados: Bangladesh, Ecuador, Filipinas, Granada, Kenia, Marruecos, Nepal, Perú y Zambia. 

Existen vínculos directos entre el nivel de recursos públicos disponibles de los Estados y la capacidad de los países para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y las metas ambientales mundiales, así como sus obligaciones en materia de derechos humanos, incluidas las relacionadas con la igualdad de género y los derechos de las mujeres.

Por ejemplo, el cumplimiento del derecho a la salud requiere un financiamiento público adecuado en la atención de la salud y el derecho a la educación depende de un financiamiento público adecuado de las escuelas. Las medidas de austeridad y los niveles inapropiados de servicios públicos de calidad tienen efectos negativos desproporcionados en los más pobres y, además, tienden a afectar más a las mujeres que a los hombres, lo que contribuye a aumentar las desigualdades.

A pesar de ello, los investigadores han advertido que, tras la pandemia de Covid-19 el mundo enfrenta ahora una posible “pandemia de austeridad”, ya que los gobiernos de todo el mundo están recortando los presupuestos públicos a gran escala. De hecho, las proyecciones han mostrado que el 85% de la población mundial podría verse afectada por los recortes presupuestarios públicos en los próximos años.

En el centro de este problema hay una falla sistémica en la gobernanza económica mundial. Esto incluye la falta de un sistema mundial justo, eficaz e inclusivo para abordar factores clave, tales como los desafíos de la deuda soberana y la evasión fiscal internacional por parte de personas y empresas adineradas.

Como resultado, la disponibilidad de recursos públicos nacionales se ve erosionada por los altos costos de los pagos de la deuda soberana o por los flujos financieros ilícitos a gran escala. Estos factores también pueden socavar la eficacia del desarrollo, incluyendo los casos en que las entradas de fondos en forma de ayuda o financiamiento climático son igualadas o incluso superadas por las salidas en forma de pagos a acreedores o de abuso tributario internacional.

En los siguientes capítulos evaluamos la situación actual, primero desde la perspectiva mundial y luego desde la nacional, en nueve países seleccionados. Estos países han sido seleccionados con el fin de garantizar la cobertura de tres regiones diferentes (Asia, África y América Latina y el Caribe), así como de diferentes grupos de ingresos, que van desde los países menos desarrollados hasta los países de ingreso medio.

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