
¿Canje de deuda en la Amazonía?
Monitoreo: ¿Qué se sabe del nuevo canje de deuda por naturaleza en la Amazonía? ¿Se tomarán correcciones después de los errores cometidos en el canje de deuda de Galápagos?
Esto es lo que se sabe de un eventual nuevo canje de deuda en bonos para la conservación de la Amazonía
Si Ecuador concreta esta nueva operación, sería la segunda. Los tenedores tienen información de esta nueva oportunidad desde abril del 2024. Con el canje reducen el riesgo de inversión, aunque sus plazos de retorno aumentarían.
Por otra parte, existen varias preguntas sobre la gobernanza de los proyectos de conservación en la Amazonia, debido a los cuestionamientos que en el pasado se ha realizado por la privatización de los fondos de conservación en el canje de Galápagos.
El portal especializado Bloomberg informó el pasado 6 de septiembre de 2024 que «personas familiarizadas» con el proceso confirmaron que el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs y Bank of América (BofA) «están sentando las bases» para este canje.
Este mecanismo consiste en que un gobierno busca reducir en algo su deuda externa en bonos, canjeándola por una deuda más barata. Y, de esa manera, generar ahorros que se destinan a fondos que financien proyectos de conservación de la naturaleza.
En esencia, lo que hace el Gobierno es emitir un nuevo bono o conseguir un nuevo préstamo, con una tasa de interés más baja y plazos más largos, porque contaría con una garantía o un seguro de alguna entidad como un multilateral.
Y, con ese dinero, el Gobierno recompraría sus propios bonos que ya habían sido emitidos en el pasado y que se tranzan en el mercado secundario entre inversionistas, pero a precios más bajos.
Esto ya ocurrió en mayo de 2023, con el canje de deuda por conservación de las islas Galápagos.
El Gobierno de Guillermo Lasso consiguió USD 656 millones y, con eso, dado que los papeles estaban en descuento, logró recomprar y retirar del mercado bonos por USD 1.630 millones.
Ecuador reduce su deuda en bonos externos un 5,5% tras canje
El ahorro fue posible porque los bonos recomprados tenían un valor de alrededor de USD 0,40 por cada dólar.
En palabras sencillas, como resultado de ese canje de mayo de 2023, Ecuador ya no tiene que pagar los USD 1.630 millones de la deuda representada en estos bonos. En lugar de eso, el país pagará USD 656 millones.
De toda la deuda externa de Ecuador que a junio de 2024 sumaba USD 46.875 millones, los bonos representan el 34%, esto es USD 15.981 millones. Ecuador tiene bonos que vencen en tres momentos: 2030, 2035 y 2040.
Sin embargo, a partir de 2026, Ecuador debe comenzar a pagar cuotas del capital o cupones de algunos de esos bonos, por lo que los inversionistas están atentos a que Ecuador honre esos compromisos.
¿Cómo será el nuevo canje de deuda?
Aunque el Gobierno de Daniel Noboa y las dos entidades financieras aún no han informado sobre el proceso, los inversionistas ya conocían, desde hace meses, que el Gobierno de Noboa estaba interesado volver a realizar un canje de deuda, dice Alejandro Arreaza.
La deuda externa de Ecuador se ha vuelto más costosa
De hecho, luego del primer canje de deuda de mayo de 2023, en el mercado internacional se supo que había posibilidad de que el país realice otro canje de este tipo, pero para la protección de la Amazonía.
En el perfil de proyecto Programa para el Desarrollo Sostenible de Ecuador, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) —que fue parte de las entidades que participaron del canje de 2023 aportando con una garantía— se lee que el multilateral estaba abierto a participar en un segundo canje:
«Esta operación plantea una estructura innovadora del uso del instrumento de garantías del BID … se desarrolla bajo una serie programática destinada a apoyar la estructura de gobernanza para gestionar los recursos necesarios para proteger dos de los mayores activos naturales del planeta como son las islas Galápagos en la primera operación y la Amazonía en la segunda operación esperada del programa», dice el documento.
Así, el hecho de que en la primera semana de septiembre de 2024 ya se haya dado a conocer qué instituciones financieras están trabajando en la operación es una señal de que el proceso está más cercano a concretarse, dice Arreaza. «Se esperaría que esto se concrete antes de finalizar este año», añade.
¿Cuánto se podría canjear?
Santiago Mosquera, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de las Américas (UDLA), explica que, por la magnitud de los recursos que se negocian en el mercado de bonos atados a conservación de la naturaleza, este tipo de operaciones solo son viables cuando son de más de USD 500 millones, «sino generaría muy poco interés del mercado».
«Idealmente el nuevo bono debería tener al menos USD 1.000 millones para que sea más atractivo», agrega.
Por lo cercano de los vencimientos de los bonos de 2030, que deben comenzar a pagarse desde 2026, lo ideal sería que se recompren esos papeles. Sin embargo, lo que esperarían los inversionistas es que Ecuador recompre un mix de bonos de 2030, 2035 y 2040, agrega Mosquera, tal como ocurrió en 2023. Sin embargo, el monto de la operación dependerá de las garantías.
Y es que, sin garantías, si Ecuador emitiera hoy un bono tendría que pagar una tasa de interés anual de más de 15%.
Por ejemplo, en el caso del canje de 2023, la operación tuvo una garantía de USD 85 millones del BID y un seguro de riesgo político emitido por la International Development Finance Corporation (DFC), de Estados Unidos. De ahí que la tasa de interés fue de 6,9% anual.
El riesgo país será clave
Este tipo de operación es más beneficiosa cuando el riesgo país de quien quiere hacer el canje es alto, porque los bonos que se recomprarían bajan más de precio, explica Freddy García, Chief Economist de Andersen Ecuador.
De ahí que si el riesgo país sube, sería una buena oportunidad para que Ecuador concrete la operación.
Y es que el aumento del riesgo país refleja que los tenedores de los bonos ecuatorianos perciben que hay mayor riesgo de que Ecuador no pague su deuda externa, por lo que estos papeles de deuda se vuelven menos atractivos y su precio baja.
García cree que lo más probable es que el monto sea menor al del canje del gobierno de Lasso, que fue el canje más grande de deuda del mundo.
Él explica que cuando el Gobierno de Lasso hizo el canje, los precios de los bonos que se canjearon estaban más bajos frente a los precios que tienen ahora.
En la semana de mayo de 2023, cuando fue el primer canje, por ejemplo, el riesgo país de Ecuador estaba en alrededor de los 1.600 puntos, por lo que los bonos ecuatorianos se vendían en el mercado secundario con un mayor descuento frente al que tienen hoy, cuando el riesgo país está en alrededor de 1.200 puntos.
Hoy, los bonos de Ecuador que vencen en 2030 se venden en el mercado en USD 0,71 por cada dólar; los que vencen en 2035 se venden en USD 0,55 por cada dólar y los que vencen en 2040 en USD 0,54 por cada dólar.
¿Es necesario otro canje de deuda por conservación?
Desde el punto de vista de las finanzas públicas, para Ecuador es una buena opción hacer un canje, porque reduciría el monto de deuda externa que tiene que pagar y le quitaría en algo la presión de los vencimientos de deuda que ya se avecinan en 2026, dice Arreaza.
Pero no es un proceso sencillo, pues para hacer la operación, el Gobierno tiene que estructurar un plan con objetivos claros de conservación de la naturaleza, en este caso, de la Amazonía, y que este genere confianza en los inversionistas, añade García.
Y, para eso, dice García, también es importante que se conozca qué resultados deja hasta ahora el plan de conservación de las Galápagos de la operación de canje de mayo de 2023.
«Los compromisos ambientales son claves. Si no cumplen hay multas de conservación que tendría que pagar Ecuador. Según el cronograma, en noviembre se debería ver si se cumplieron las metas, sino, habrá multas», explica García.
Fuente: Primicias
¿Cuál ha sido la experiencia de Ecuador en canjes?
El canje de deuda por conservación en Galápagos, anunciado en 2023 por el gobierno de Ecuador, ha sido un tema de gran debate, especialmente en términos de finanzas y gobernanza. A continuación se presentan algunas de las principales críticas en estos ámbitos:
- Carga financiera a largo plazo: Aunque el canje se presenta como una reducción de la deuda externa a cambio de la inversión en conservación, algunos críticos argumentan que puede simplemente ser una restructuración que, a largo plazo, no resuelve los problemas estructurales de la deuda de Ecuador. En lugar de alivianar la carga, el país continúa con compromisos financieros significativos que podrían limitar su capacidad de inversión en otras áreas.
- Falta de transparencia: Uno de los principales puntos críticos ha sido la supuesta falta de transparencia en la negociación de los términos del canje. Algunos actores han mencionado que los detalles exactos del acuerdo, incluidos los costos totales y las obligaciones a largo plazo, no se han comunicado de manera clara al público. Esto genera preocupaciones sobre la equidad de los términos en favor de Ecuador.
- Beneficiarios privados: Parte del acuerdo involucra la participación de intermediarios financieros y organizaciones no gubernamentales internacionales, lo que ha levantado críticas sobre quiénes son los verdaderos beneficiarios del canje. Algunos sostienen que los intermediarios pueden estar obteniendo grandes beneficios a expensas del país.
- Falta de control y rendición de cuentas: Los críticos han señalado que el manejo de los fondos obtenidos por el canje no está claramente definido en términos de gobernanza. Esto ha generado preocupaciones sobre la posible malversación o mal uso de los recursos destinados a la conservación, especialmente en un contexto donde la corrupción es una preocupación significativa en muchos países en desarrollo.
- Capacidad institucional: Ecuador podría carecer de las instituciones y la infraestructura adecuadas para gestionar de manera efectiva los recursos provenientes del canje. La falta de experiencia en la ejecución de proyectos de gran escala de conservación podría llevar a ineficiencias y un impacto limitado en el objetivo de conservación.
- Pérdida de autonomía: Otro aspecto de la crítica es que este tipo de acuerdos incrementan la dependencia de Ecuador de financiamiento externo y de actores internacionales en temas de gobernanza ambiental. Algunos ven esto como una pérdida de soberanía en la toma de decisiones sobre sus propios recursos naturales y territorios, ya que se compromete parte de la política de conservación a las condiciones impuestas por los acreedores.
- Dudas sobre el impacto en la conservación: Aunque el objetivo del canje es preservar la biodiversidad de las Islas Galápagos, algunos expertos han expresado dudas sobre la verdadera efectividad de los programas que se implementarán con estos fondos. El simple desembolso de dinero no garantiza que los objetivos de conservación se alcancen, especialmente si no hay un seguimiento adecuado o si los proyectos no están alineados con las necesidades más urgentes del ecosistema de las islas.
Fuente: CDES en base varios documentos.